Deportivo 2-2 Rayo, La Grada
Cuando el destino te regala el primer viaje de la temporada a Coruña, a finales de agosto y con el fin de semana más soleado de todo el año en la ciudad gallega, poco más se puede pedir. ¿O tal vez sí? Porque entonces aparece nuestro ‘amigo’ Tebas con sus ingeniosos horarios para impedir lo que iba a ser un viaje numeroso del rayismo, y en especial de Bukaneros, poniendo el partido a las 21.00h. Malo para los seguidores locales, pésimo para el que tiene que hacerse 600 kilómetros de noche para volver. Lo peor es que todavía hay que dar gracias al todopoderoso de nuestro fútbol por no colocarlo en viernes o en lunes.
Y es que siempre puede ser peor. Como chocarse de frente con una directiva sin ganas no solo de negociar y llegar a un acuerdo, sino también de razonar y mirar por su propia afición. Nosotros llevamos sufriendo esto toda la vida, pero en este caso también nos tocó lidiar con los nuevos dirigentes del Deportivo, muy en la línea de los que creen que el fútbol es un producto de lujo y los seguidores una especie de ‘gallina de los huevos de oro’ a los que poder sacar tranquilamente los cuartos. Allá el que crea que los 33 euros que nos querían hacer pagar es una cifra razonable, que a otros equipos se les cobra aún más. A nosotros nos sigue pareciendo caro, más aún en estos tiempos de crisis, siendo un desplazamiento lejano y, sobre todo, cuando la directiva del Rayo ofrece un acuerdo beneficioso para los deportivistas que acudan al partido de vuelta. En eso creemos, por eso luchamos y por ello estuvimos un día tras otro presionando a los dirigentes rayistas y deportivistas, cerrándose estos últimos en banda solicitando la burrada de 800 entradas a 20 euros para el partido de vuelta, sabiendo perfectamente que sólo 100 rayistas estaríamos en Riazor.
Aún así, lucharemos para que en la vuelta los seguidores del Deportivo no sean quienes paguen la ineptitud de su directiva y presionaremos para establecer un precio razonable, el mismo que nos negaron a nosotros en el estadio de Riazor, donde el grupo se buscó la vida de todas las formas posibles para abaratar a todos sus socios la entrada. Ante la avaricia de los dirigentes, la astucia de los vallekanos. Y así estuvimos presentes en Riazor, vaya que si estuvimos…
Hay mucha diferencia entre ir a un partido y preparar un partido. Normalmente un grupo, en un viaje de estas características, casi ni organiza el desplazamiento y suele ser caótico, por no hablar de la grada. Ahí es donde nuestro Komando Tifo convierte un partido sin más en un día de sobresaliente, inolvidable. Son esos detalles los que marcan la diferencia en un grupo. Porque no basta con las horas dándole la vuelta al diseño o pintándolo. Visitamos un estadio visitante, con una grada desconocida y ahí es donde reside toda la dificultad, en ajustar al máximo todas las medidas para que salga todo perfecto.
Lo mejor de todo es que el trabajo tampoco queda ahí, porque tras días y días de curro te puedes encontrar con que no te permiten pasar el tifo al estadio, y ahí es donde tienes que luchar de todas las maneras posibles para introducirlo, sin tener nada claro hasta el último momento, aunque finalmente pudimos sacarlo sin problemas.
Y el efecto conseguido cuando los jugadores saltaron al terreno de juego fue inmejorable, con un pedazo de cubregradas con el logo de la imagen corporativa de esta temporada superpuesto a una franja blanca sobre fondo rojo (la equipación de nuestro equipo cuando jugamos de visitante). Y todo esto acompañado por dos pancartas, una en la parte superior de la grada y otra en la valla, con el nombre de nuestro grupo y la frase ‘Rayo o muerte’, recreandolas dos caras de la bufanda de socio de esta temporada.
Una vez comenzado el partido nos encontrábamos con otro contratiempo, la seguridad privada del club nos obligaba a quitar nuestras pancartas de la valla, porque tapaban la publicidad. No hay problema, nuestro Komando Tifo volvía a buscarse las mañas para que esta estuviera bien visible los 90 minutos. Sumado a las decenas de banderas y los dos banderones que no dejaron de ondearse en todo el encuentro, tuvimos como resultado un gran colorido. Ni siquiera el tempranero gol del Deportivo fue óbice para que se viviera un ambientazo en nuestra grada.
También hubo tiempo para dejar la fiesta a un lado y dar nuestro apoyo a un miembro de Riazor Blues y gran amigo del grupo, ‘Fuerza Pinzón’, se podía leer en la pancarta mensaje que mostramos mediada la primera parte.
Hacerse oír en un estadio como Riazor, donde además se volvía a disputar un partido de Primera División una temporada después, es una tarea muy complicada. Una vez más se dejó notar la labor de la Comisión de Animación que, estrenando nuevos cánticos y con diversas coreografías, hicieron que los jugadores pudieran sentir nuestro aliento una vez más. En el terreno de juego, tras conseguir empatar antes de irnos al descanso, pudimos ver a un muy buen Rayo en la segunda parte, llegando a adelantarnos en el marcador y a celebrar los tres puntos hasta el último minuto.
Un fin de semana espectacular, en el que tan solo sobraron unos segundos, los justos para evitar el penalti que hizo que se nos esfumara la victoria en el último suspiro.