Rayo 1- 2 Valencia, La Grada

Una eliminatoria de dieciseisavos de Copa ante el Valencia más que atractiva, con un cuadro que invitaba a soñar si conseguíamos la proeza de pasar de ronda, y un ambiente que se preveía inmejorable en Vallekas, con un partido que se esperaba con muchas ganas desde hacía semanas. Sin embargo, todo esto quedó relegado a un segundo plano tras amanecer el domingo anterior con la noticia del asesinato de Jimmy.

Los días previos al partido fueron realmente duros, con un grupo que volvió a estar al pie del cañón desmostrando nuestro apoyo y solidaridad activa con nuestros amigos de Coruña. Y si ya de por sí fue un golpe duro, hubo que sumarle la nueva persecución y criminalización sufrida gracias a la Policía y Delegación del Gobierno que, con los grandes medios de comunicación como voceros, volvieron a mentir y difamar sobre Bukaneros, aprovechándose de un hecho tan grave como la muerte de una persona para echarnos más mierda encima. Y todo esto sin ningún tipo de prueba consistente con la que acusarnos. Además, horas antes del partido realizamos una rueda de prensa en la que volvimos a desvincularnos de los hechos, la cual tuvo aún más éxito que el comunicado que lanzamos en un primer momento y que terminó de quitar la careta a esos mentirosos (los de uniforme y despacho y también los de micrófono o bolígrafo en mano).

Así, no podíamos ver el partido de otra forma que no fuera con algo de miedo e incertidumbre. La incertidumbre de no saber cómo íbamos a ser recibidos por nuestra afición. Pero una vez más, la realidad superó a la ficción y nuestra gente no nos falló. Porque el rayismo ya conoce de sobra este tipo de tácticas y el que acude cada 15 días al Estadio de Vallekas y nos conoce sabe cuál es la realidad en nuestro barrio y en nuestro estadio. Ya al colgar la pancarta principal, los aficionados que se encontraban en unas gradas aún semivacías nos mostraron su apoyo, recibiéndonos con una calurosa y sentida ovación, en lo que sería un preludio de lo que iba a ocurrir después.

En este enrarecido ambiente comenzaba a rodar el cuero y empezábamos a hacer lo que mejor se nos da, animar a nuestro equipo, ayudados por una afición volcada. Muestra de ello fue el «A las armas» entonado en torno al minuto 10 y seguido por todo el estadio, con una fuerza y una rabia que hacía tiempo que no se cantaba.

Sobre la pancarta de nuestro grupo se desplegaba otra en homenaje a nuestro compañero asesinado y que rezaba así: «Que la tierra te sea leve, Jimmy«, permaneciendo colgada durante todo el partido. La reacción fue una ovación cerrada de todo el estadio, que acabó transformándose en un rabioso y unánime cántico de repulsa contra los asesinos.

Pero en el terreno de juego el partido continuaba y tras este pequeño homenaje la afición continuó animando de manera intensa. Un ambiente que acabó contagiando a los jugadores, que adelantaron a nuestro equipo con un gol de Álex Moreno en el minuto 37, consiguiendo poner por un momento la eliminatoria de nuestra parte.

La segunda parte comenzó con el mismo guión con el que había finalizado la primera, con el equipo jugando de tú a tú a todo un Valencia y con la afición apretando. No fue suficiente, ya que mediado el segundo tiempo y tras un error de Cobeño el conjunto ché conseguía poner las tablas en el marcador. Y minutos después, a falta de un suspiro para el final del partido, conseguía anotar el segundo tanto, llevándose así un resultado totalmente favorable para Valencia.

Pero a pesar del sabor agridulce de la derrota no podíamos irnos a nuestra casa de otra forma que no fuese con el orgullo de saber que el rayismo sigue siendo un puño, ahora más que nunca.

SI LA REPRESIÓN PERSISTE, BUKANEROS RESISTE