Real Sociedad 0-1 Rayo Vallecano, La Grada

Aquel fatídico 30 de noviembre todo cambió en nuestro fútbol. Todo lo que habíamos conocido quedaba atrás para dar paso a la que probablemente será una de las épocas más negras de nuestro fútbol, en cuanto a trato al aficionado se refiere. La cultura de grada que habíamos conocido hasta ahora parece diluirse en todas sus facetas, sobre todo en una, la de los desplazamientos. Pilar básico tanto de nuestro grupo como de todo el movimiento ultra y de los aficionados en general. Una serie de medidas amenazaban (y siguen amenazando) con ir mermándolos poco a poco hasta acabar con ellos: comunicación a las fuerzas de seguridad de cada desplazamiento, con horarios y lugares de salida y llegada, tipo de transporte que utilizaremos, entrega de DNI por cada entrada… Algo por lo que muchos no estamos dispuestos a pasar. Por motivos como estos llevábamos más de dos meses sin viajar, tras tener que haber suspendido alguno de los desplazamientos que ya teníamos preparados.

Y dos meses sin seguir a la Agrupación se pueden hacer muy largos, así que a mediados de enero buscamos la forma para poder viajar hasta Donosti, para que nuestra pancarta estuviera presente en Anoeta. Y allí estuvimos, siguiendo con la campaña de #BukanerosResiste, de la que también fue testigo la afición txuri-urdin.

Como también lo fue del homenaje sincero y sencillo que quisimos brindarle a Aitor Zabaleta, aficionado de la Real Sociedad asesinado cobardemente en Madrid hace ya 16 años. Para nosotros quedan las muestras de agradecimiento y los apoyos que recibimos de una emocionada afición de la Real Sociedad.

Con poco tiempo para disfrutar de una previa en condiciones accedíamos al estadio poco antes de las cuatro de la tarde, sin que nadie, ni perteneciente a la seguridad del club ni a la Ertzaintza, nos pusiera impedimento alguno para introducir las pancartas, banderas y bufandas de nuestro grupo tras revisarlas y ver que no contenían mensaje ofensivo alguno, mostrando una gran profesionalidad (al menos en este partido) y marcando la línea que se debería seguir en el resto de estadios, como por ejemplo en el nuestro. A ver si van tomando nota en las oficinas de Payaso Fofó…

¿El resultado? Una grada a reventar con más de dos centenares de rayistas que pudieron disponer de todo tipo de elementos para animar a su equipo. Junto a ellos pusimos la nota de color a un desangelado estadio de Anoeta, al que la pista de atletismo contagia un ambiente frío que esperemos puedan dejar atrás con la futura remodelación del campo.

Tampoco quisimos desaprovechar la oportunidad de volver a homenajear a Aitor Zabaleta durante el partido, por lo que volvimos a mostrar la pancarta que ya habíamos colgado previamente en los aledaños de Anoeta y que rezaba: «Aitor Zabaleta en el recuerdo». Pancarta que arrancó los aplausos de toda la afición realista.

¿Y qué hicimos el resto del partido? Animar sin descanso a nuestros jugadores durante los 90 minutos, sin dejarles rendirse y llevándoles en volandas hasta conseguir el gol de la victoria en la recta final del partido, tras un cabezazo inapelable de Manucho. Con tres puntos vitales en el bolsillo volvíamos a Vallekas con el orgullo de haber vuelto a colgar nuestra pancarta en una grada visitante, un nuevo triunfo de nuestro grupo teniendo en cuenta cuál es la situación actual.