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Atlético de Madrid 3-1 Rayo Vallecano, La Calle

El pasado sábado 24 de enero llegaba uno de los desplazamientos que temporada tras temporada espera el rayismo con más ganas e ilusión: el derbi contra el Atlético en el Vicente Calderón. Sin embargo, los mismos dirigentes rojiblancos conocidos de sobra por sus chanchullos, pedir libertad para Del Nido y demás patrañas, se oponen a la presencia de aficionados de otros equipos en su estadio. El Atlético de Madrid nos sorprendía a comienzos de semana con una serie de normas que no solo violaban nuestros derechos como aficionados al fútbol, sino también como seres humanos. Obligación de presentar el DNI por cada entrada y prohibición de acceso a toda persona perteniencente a un grupo violento (como si pudieran sentar cátedra respecto a quién es o puede ser potencialmente violento y quién no), entradas personales e intransferibles y de venta únicamente a abonados del Rayo, prohibición de todo tipo de pancartas, banderas, bufandas o camisetas pertenecientes a cualquier grupo ultra o con emblemas o frases políticas… De ahí que todas las peñas rayistas nos uniéramos para denunciar esta injusticia y redactásemos un comunicado conjunto en el que nos negábamos a acudir al partido bajo estas penosas condiciones. Comunicado que, por cierto, tuvo una gran repercusión y se reflejó en nuestro entrenador y varios jugadores de la plantilla, que denunciaron la injusta situación en la que se ponía a su afición. Una afición más unida y organizada que nunca.

Por ello, siguiendo esa búsqueda por encontrar el consenso en la toma de decisiones, el mismo sábado del partido realizamos una asamblea abierta a todo el rayismo, en la que cada opinión contaba por igual, en la que se propusieron ideas que vimos luego reflejadas en el partido contra el Deportivo. Entre ellas, la de la marea naranja contra Javier Tebas. Más tarde llegaría el plato fuerte: la despedida al autobús del equipo.

Durante toda la semana se estuvo pidiendo al club que la salida del autobús fuera desde el Estadio de Vallekas y no desde la Ciudad Deportiva como es habitual, para así poder demostrar a los jugadores que nuestra intención siempre es la de animarles, pero no nos dejan. Hoy podemos decir que fue un éxito total, con centenares de rayistas que no quisieron faltar a la cita.

Entre un mar de banderones, bufandas  y banderas franjirrojas, iluminados por el color de las bengalas y con palmeos y cánticos atronando, marcharía el equipo hacia el Calderón. Como siempre, también hubo espacio para la reivindicación con una pancarta de la campaña #BukanerosResiste que presidió el acto, de la que varios jugadores se hicieron eco. Una vez más, volvimos a demostrar que la afición no dejó solo al equipo en una cita tan importante, para los que duden de nuestro compromiso rayista.

En el Calderón se pudo comprobar que la petición del rayismo de dejar vcía la grada visitante en señal de protesta fue todo un éxito, como se pudo ver en las imágenes durante todo el encuentro. No hace falta nada más que ver las fotos del desplazamiento de la temporada pasada (tifo incluído) y compararlas con la de esta para darse cuenta de quiénes son los que realmente están acabando con la pasión en el fútbol. Quien sí que estuvo en el estadio, obviando una vez más la petición de su afición, fue la directiva, para la que parece más importante salir en la foto que cuidar del único activo real de este club, el que se ve ninguneado y pisoteado constantemente.

En cuanto al terreno de juego, que desgraciadamente se volvió a convertir en lo menos importante, el Rayo hizo un mal partido, encajando un tempranero primer gol y perdiendo por tres goles a uno. Pero no hay derrota que empañe el orgullo que todos los rayistas sentimos por demostrar que cuantos más obstáculos nos colocan en el camino, már firmes y unidos caminamos.