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Sevilla 2-0 Rayo, La Grada

A finales de abril, el Rayo visitaba el Sánchez Pizjuán, desplazamiento en el que la afición rayista volvería a sufrir los mismos impedimentos que ha estado sufriendo durante casi toda la temporada, por ejemplo, con la obligación de poner el DNI para comprar entradas en la zona visitante. El horario (domingo a las 19:00h) y la distancia (más de 500 kilómetros), sumado a la tranquila posición del Rayo en la clasificación, no invitaban a un desplazamiento masivo a la capital hispalense.

No obstante, volveríamos a conseguir que la pancarta del grupo estuviese presente una vez más en estadio ajeno en esta temporada cargada de viajes. Y esto es gracias al trabajo, tanto de nuestra Comisión de Viajes a la hora de montar un desplazamiento, como de nuestro Komando Tifo, ingeniándoselas una vez más para introducir nuestras siglas, y sacrificando horas de previa para llenar los alrededores del Pizjúan con carteles y pancartas protesta.

Tras no poder comprar entradas visitantes por ordenes de la policía, alegando motivos de seguridad, tuvimos que hacernos con las de otra zona. Una seguridad cuestionable, al obligar a aficionados del equipo de fuera a mezclarse con los locales si quieren ver a su equipo, en vez de permitirles comprar su entrada junto al resto de su afición. No parece muy lógico ¿verdad?

Una vez situados en la tribuna de debajo de la zona visitante, nos dispusimos a animar a nuestro equipo, con la pancarta de nuestro grupo colgada, ondeando las banderas del mismo y luciendo nuestras camisetas franjirrojas, sin que se produjera ningún tipo de incidente. Continuamos así hasta el minuto 12, en el que todo el estadio se volcó con la protesta contra Tebas, y  sacamos una pancarta en la que se leía; «Pese a la represión… presentes en Nervión» acompañada del lema de nuestra campaña #BukanerosResiste. Esto fue suficiente para provocar la visita de la UIP, que en un principio nos daba dos opciones; o sentarnos, o ser expulsados del estadio. Tras dialogar con ellos y hacerles entrar en razón, nos reubicaron junto al resto de rayistas, no sin antes expulsar del estadio a uno de los nuestros entre gritos de apoyo de la afición sevillista, a la que desde aquí agradecemos su solidaridad.

Una vez allí seguimos a lo nuestro, animando ya todos juntos de manera cohesionada y constante a nuestro equipo, haciéndonos oír en numerosas ocasiones en todo un estadio como el Pizjúan. Mientras, en el campo nuestros jugadores lo dieron todo, y aunque el resultado final fuera de dos goles a cero en contra, pusimos contra las cuerdas varias veces a los sevillanos. Todo esto hizo que no hubiera ningún atisbo de protesta contra el equipo, sino todo lo contrario, acercándose los jugadores al término del partido como reconocimiento, y viceversa por la entrega que habían mostrado. No quedaba sino volver a Vallekas, orgullosos de la entrega de nuestro equipo en el campo y de nuestra afición en la grada, sumando un nuevo desplazamiento a la lista, habiendo visitado un estadio más con nuestra pancarta.