Comunicado de urgencia
Cuatro largos meses van ya en los que Vallekas ha dejado de ser Vallekas. No hay ambiente, no hay animación, no hay alegría. Pero lo que sí hay, de lo que seguimos estando desgraciadamente sobrados, es de trabas, de obstáculos. La última gran piedra en el camino nos la ponen, una vez más, aquellos que están llamados a velar por nuestra seguridad. Cuando más cerca estaba el final de esta huelga, con todas las peñas rayistas, directiva y equipo por fin comprendiendo que el Rayo Vallecano solo es con su gente, en los instantes previos al derbi ante el Atlético de Madrid recibimos una nueva bofetada: la Coordinadora de Seguridad, bajo su único criterio y responsabilidad, prohíbe la entrada de pancarta, bombo o megáfono, pese a que la solución aportada por todas las partes está amparada por sus propias leyes. Esta Coordinadora, denunciada ya recientemente por más de un centenar de rayistas por actuaciones improcedentes, alude a que es la Comisión Antiviolencia quien debe ordenar el ingreso de estos elementos. Los servicios jurídicos del Rayo Vallecano nos dan abiertamente la razón. Le recordamos que desconoce el propio funcionamiento de la ley del deporte y que incurre en un agravio comparativo con el resto de peñas y aficionados que, estando en la misma situación, sí pueden acceder al estadio con sus elementos de animación.
Desde Bukaneros nos vemos en la obligación de hacer público el enésimo atropello por parte de quien cobra de todos los seguidores por evitar incidentes, pero que parece más interesada en alimentar conflictos. Hoy, un partido más, vuelve a quedar de manifiesto que los rayistas queremos animar, pero es imposible. Solicitamos al club que se manifieste públicamente, que acuda a los organismos que sean necesarios para acabar con poner fin a esta injusticia y que defienda a todos sus socios. Nosotros no nos vamos a rendir. Seguiremos luchando para acabar con esta situación en la que los primeros y mayores perjudicados somos nosotros mismos. Todos juntos lo conseguiremos. Volveremos a convertir Vallekas en una fiesta.
