shopping-bag 0
Productos : 0
Subtotal : 0.00
Carrito Finalizar compra

Single Blog Title

This is a single blog caption

Rayo 1-2 Levante, La Grada

Lo que minutos antes era vacío, un mar de asientos, pasó a ser un torrente de pasión, una grada llena haciendo retumbar sus cánticos en todo el estadio. Primero contra el fútbol negocio, el que tiene sentenciado de muerte a nuestro deporte, contra Javier Tebas y el resto de mafiosos, contra esta mierda en la que han convertido nuestra Liga, contra un presidente que se dedica a robarnos las pancartas mensajes (¿En qué club se ha visto al gerente rebuscando entre todas las banderas como si tuviéramos armas de destrucción masiva?) y por el fútbol popular que nos merecemos todo los seguidores.

Después los cánticos eran de aliento a una Agrupación abajo en el marcador y con uno menos. El espectáculo de nuevo estaba en la grada, donde Epi y Blas se habían despertado para llevar la batuta de un Fondo que volvió estar de sobresaliente, apretando los dientes cuando más lo necesitaba el equipo.

En el minuto 13, como ya es tradición, recordamos a Martín Presa y sus secuaces que Vallekas le quiere… pero bien lejos. Podrán engañar a todo el mundo pero el rayismo sabe muy bien quién está detrás de todo y que el denunciante no es más que una marioneta en manos más poderosas.

Las pancartas que en el último partido fueron censuradas, volvieron a su sitio, y si en el palco no gustan, que bajen ellos a quitarlas y no manden a nadie:

Colorido, cánticos, movimiento… Con el empuje del Fondo llegó el empate. Y no nos conformamos. Buscamos el segundo, y llegó, pero el del Levante. Mazazo cruel en el minuto 94 para un equipo y una grada que lo dieron todo. El Levante se llevó la victoria, pero el reconocmiento fue para los nuestros. Incluso Joaquín Caparrós y algunos jugadores visitantes aplaudieron al Fondo en la retirada a vestuarios. Y allí nos quedamos nosotros, con el estadio vacío, poniendo el broche a un viernes en el que ni el 1-2 hizo desaparecer la sensación de orgullo: por el esfuerzo en el césped, por los cojones y ovarios en la grada. Desde la protesta a la salida por la atestada puerta 3, una noche en la que todos hicimos un poco más grande el nombre de nuestro grupo.