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Rayo 2-0 Mallorca, La Grada

Iba a ser un día grande, el de la celebración de nuestro 20 aniversario con los invitados del grupo, un día inolvidable… y así fue. No con el carácter festivo que desde principio de temporada estaba marcado, que fue sustituido por otro reivindicativo y emotivo y, sin duda, será un fin de semana que no lo olvidaremos nunca.

El encuentro ante el Mallorca fue la expresión pública de tres días emocionantes, con momentos de añoranza, de recuerdos, de hermandad, de simbolismo, de rabia… Momentos que vivimos junto a todos los amigos del grupo que recorrieron kilómetros para estar a nuestro lado en un día tan especial y cuya presencia también hizo que lo vivido no se olvide nunca.

Como no podía ser de otro modo, el Fondo vistió sus mejores galas, con toda la gente entrando bastante pronto a la grada tras el corteo cortando la Avenida de la Albufera. En la puerta del estadio, nuevos capítulos de surrealismo y represión: no solo requisan banderas palestinas sino que también impiden el acceso de una pancarta escrita en griego, de nuestros amigos de la Gate 10 del Iraklis, porque «como no sabemos lo que pone… no entra«. Palabras textuales de los mandos policiales. A esto hay que sumar los dos controles, el de la seguridad privada y el segundo efectuado por la UIP de forma aleatoria a todo aquel que parece sospechoso de no sabemos qué y casi obligando a quitarse las zapatillas para buscar no sabemos tampoco el qué.

Sobre la pancarta principal (esa que es sagrada y sobre la que no debe ponerse absolutamente nada, mucho menos un abrigo o una bufanda), lucieron las dos primeras pancartas del grupo, que ya cuentan con 20 añitos.

Era día para que nuestro Komando Tifo se luciera más que nunca, para ello llevaba mentalizado y preparado muchos meses, pero la represión impidió hacer ese gran tifo que una fecha así merece. Recordemos que la Brigada de Información requisó un peligroso ordenador-proyector cuyo delito suponemos que es alojar los diseños del grupo. Haciendo malabarismos y en tiempo récord, el Komando hizo posible dar una respuesta a este proceso de criminalización en forma de un tifo protesta con un lema utilizado desde que comenzara esta escalada represiva: Enemigo público nº 1.

Sería la primera parte del gran trabajo de nuestros hombres tifo, que hicieron varias pancartas durante todo el choque, como siempre más que acertadas y cuidando todos los detalles. Es lo que se dice, pero también cómo se dice.

Muchos pensarían que después de señalarnos en todos los medios, de montarse una película digna de la mejor ficción, de aparecer en todos los telediarios, nos tocaría callar, no agachar la cabeza y no responder a este atropello. Quizá no sea lo más adecuado, seguramente suponga más persecución, pero seguimos siendo fieles a nosotros mismos. Subimos la apuesta, con ironía y humor, pero con la firmeza y rebeldía de siempre.

Y si alguno pensaba también que no nos pronunciaríamos repecto a nuestro compañero preso, que obviaríamos el tema por el bien del resto, es que sigue sin conocernos. El Fondo cantó más fuerte que nunca por el hermano al que mantienen secuestrado y que no pudo estar como cada partido animando a su equipo. Alfon estuvo más presente que nunca, por nuestra pancarta, la de sus familiares, presentes en el lateral de la Albufera, y los cánticos de todo el estadio. Así fue y así seguirá siendo mientras no nos devuelvan a nuestro hermano.

La pancarta de Alfon Libertad presidió nuestra grada toda la segunda parte, en la que continuamos fieles a nuestros principios, denunciando aquello que no podemos ni debemos callarnos. Puede que sea ese el verdadero motivo de la criminalización a nuestro grupo, pero es una obligación, por ejemplo, denunciar el genocidio llevado a cabo en Gaza por parte de Israel contra el pueblo palestino. Como hacen ellos, luchar sigue siendo nuestro destino.

Y uno de los momentos más emotivos no solo de este partido, sino de nuestra historia, se produjo en el minuto 14 (por el día de la Huelga general en el que detuvieron a nuestro compañero) cuando de muchas partes del campo surgieron pancartas de apoyo y solidaridad, aplaudidas por todo el estadio, que siguió los cánticos por Bukaneros.

El rayismo no solo está más vivo y unido que nunca, demostrando eso de que si nos tocan a uno nos tocan a todos, sino que también demuestra con este gesto que la manipulación del estado y su intento de criminalización es tan burdo que resulta obvio y lamentable. Esto supone una demostración de fuerza y hace ver al estado y sus perros represores que no estamos solos, que somos muchos los dispuestos a plantar cara.

A todas las peñas y socios rayistas, a todos los amigos que nos acompañaron en un partido tan especial y a aquellos que achicaron agua con nosotros desde la lejanía, simplemente, GRACIAS.